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“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. Hebreos 13:15.

Parte de los sacrificios que a Dios le agrada, es alabar a Dios, es decir ,frutos de labios que confiesan su nombre. Ten presente que alabamos a Dios en base a todo lo que él ha hecho, Él ha hecho una provisión completa en la cruz, su profundo amor y su gracia fue desplegada; y ha abierto nuestros ojos, para que sepamos cuales son aquellas cosas que nos ha dado o concedido Cristo Jesús. ¿Cómo no honrar su nombre? Al confesar su nombre ¡Jesús! o al oír su nombre no podemos evitar ¡suspirar! a causa del conocimiento que tenemos de Él, de sus palabras y hechos, de la forma que él ha conquistado nuestro corazón. Jesús es el nombre de Aquél que cambió la historia de nuestras vidas.

“…A más del olor de tus suaves ungüentos, tu nombre es como ungüento derramado; por eso las doncellas te aman”. Cantares 1:3.

La Sulamita declaró a su amado “…tu nombre es como ungüento que se derrama”, en otras palabras esparce una dulce fragancia. Nos habla del Señor Jesús, su vida fragante, por causa de la unción, el olor de Cristo, es olor de vida, para vida, impartiendo vida, a veces su poder y autoridad, otras veces su amor, humildad y bondad. Su nombre es como ungüento derramado; al confesar su nombre, la dulce fragancia de su amor se esparce en todo lugar y los que tienen hambre y sed de ser amados, aceptados, ser sanados, se llenan de expectativas. Obró ayer y lo hará otra vez, Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos 13:8).

Dios honra a los que honran su nombre. Malaquías 3:16-17 habla de aquellos que viven conscientes de su presencia y anhelan honrar su nombre, que activan los sueños de Dios en sus vidas, piensan en invertir tiempo y recursos en su obra, predicar, enseñar, servir, aquellos que se esconden detrás del nombre de Jesús para que Él sea visto, para los que piensan en su nombre, Dios declaró: ¡Serán para mi un especial tesoro, el día en que yo actúe!. (Malaquías 3:17)

¡Que tengas un día bendecido!

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