Skip to main content
Devocional

¡Cada miembro en el lugar como Él quiso!

By 1 de August de 2024No Comments

“Y si dijera la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿Dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿Dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso.” 1 Corintios 12:16-18.

Hoy quiero referirme al valor del olfato, el apóstol declara si todo el cuerpo fuese ojo, ¿donde estaría el oído? si todo fuese oído ¿dónde estaría el olfato? El olfato se activa en la nariz y nos permite percibir las distintas sustancias que son volátiles, desde el aroma de una flor, una rica comida o fragancias agradables como el de una loción, crema o aceites. El rey Salomón dijo el ungüento y el perfume alegran el corazón (Proverbios 27:9) ¡que sensación de placer produce una dulce fragancia! pero, a su vez, el olfato nos alerta de aquellos olores que son contaminantes o peligrosos como un escape de gas o algo tóxico como el humo; apliquemos este sentido a la vida del Espíritu.

El diccionario nos permite descubrir una palabra para definir lo que el olfato es: sagaz (alguien dotado de fino olfato, que sigue bien las pistas o hábil para descubrir). Tener buen olfato es tener los sentidos finos, tener agudeza; seguramente oíste la frase “¡uh!, esto me huele mal”, existe lo que se podría denominar como la intuición natural; a través de ella uno percibe las cosas buenas o malas.

Hebreos 5:14 nos dice que hay quienes que, por el uso, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal. Para esto Dios nos ha dado dones y uno de ellos es el discernimiento de espíritus ¡de esto nos habla el olfato! 1 Corintios 12:10. Necesario en el cuerpo de Cristo (la Iglesia) para discernir en el mundo espiritual que, unido al conocimiento de la palabra de Dios, nos permite percibir el peligro, las intenciones o motivaciones del enemigo. Jesús es nuestro mayor ejemplo; Él no era prejuicioso ni desconfiado, no se guiaba por las apariencias, pero sabía lo que había en el hombre; Juan 2:24-25. Oro a Dios para que seamos sensibles al Espíritu y podamos desarrollar este don tan necesario en este tiempo.

¡Dios te bendiga!

Leave a Reply