“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” 1 Tesalonicenses 5:24.
Dios nos llamó y activó la fe en nosotros al creer su palabra según Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”. Así que la fe es por oír, y el oír por la palabra de Dios, él captó nuestra atención al oír su palabra y en la medida que fuimos creciendo y al leer y leer su palabra. Oímos la dulce voz de nuestro amado Jesús hablándonos al corazón; poco a poco nuestro oído se vuelve sensible a su voz, ¡inconfundible! tal como lo experimentara la sulamita en Cantares 2:8 el amado no estaba presente, ella estaba en su casa, posiblemente deseando un nuevo encuentro con él, recuperar la intimidad con él, pero la comunión estaba limitada por una pared; que nos habla de separación, sugiere pérdida de comunión, encierro, aislamiento, conformismo, falsa seguridad, de repente escucha su voz , exclamó: ¡La voz de mi amado! He aquí el viene, ella conocía su voz Ella compara a su amado a un corzo o cervatillo, animales que tienen la capacidad por su plasticidad, de subir a lugares muy altos, ¡Él viene! saltando sobre montes, y collados como teniendo el control o superando cualquier obstáculo, cuando lo aplicamos a Jesús, esto nos habla del poder de su resurrección, poder ilimitado que ni la muerte pude detener, Filipenses 3:10, Hebreos 7:16 el poder de una vida indestructible, la voz del llamado es a ¡levantarse y experimentar el poder de su vida resucitada que esta en nosotros! somos llamados a experimentar su victoria; ¡su victoria es nuestra victoria!. 1 Tesalonicenses 5:24 Fiel es el que llama, el cual también lo hará. Los montes y collados no son literales, pero somos llamados a superar, todo aquello que representa oposición o limite, a veces se presenta como el gran monte de Zacarías 4:6-7 pero por su Espíritu, será reducido a nada, con aclamaciones de gracia, es su gracia, ¡es Jesús mismo! ¡El es fiel, él lo hará!
¡Dios te bendiga!