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“El ESPÍRITU de JEHOVÁ está sobre mí, porque me ha UNGIDO para predicar el evangelio a los pobres; Él me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón.” LUCAS 4:18

EL ESPÍRITU de DIOS ha ungido a Jesús para romper los yugos (las cadenas de Satanás) en nuestras vidas. Cuando Jesús permanece en nosotros, el poder de su unción se aplica a todas nuestras necesidades.
Jesús lleva el evangelio a los pobres, no sólo a los que carecen de recursos económicos, sino a cualquiera de nosotros que experimentamos carencias en nuestras vidas. Nuestras cuentas bancarias pueden estar llenas, pero las cuentas de nuestro corazón pueden estar vacías. Nuestro Todo en Todo reconoce los lugares donde fallamos y trae las buenas noticias de Su suficiencia a la ecuación.
En lugar de confusión, Él da PAZ. En lugar de duda, Él da CONFIANZA. En lugar del agotamiento, Él trae REFRIGERIO. En lugar de debilidad, Él otorga FORTALEZA.
Jesús ha venido a sanar a los quebrantados de corazón. Nuestros corazones son muy susceptibles al quebrantamiento. Pueden ser aplastados por circunstancias fuera de nuestro control, destruidos por decisiones que anhelamos retractarnos o destrozados por tragedias del pasado.
Un toque de Su mano ungida puede restaurar los fragmentos astillados. Él vuelve a llenar nuestros corazones de esperanza. Cantamos una nueva canción. Aprendemos a amar una vez más. Es un Dios de segundas oportunidades y de nuevos comienzos.
Que el Señor los bendiga y los guarde. Que el Señor haga brillar Su rostro sobre ustedes y tenga misericordia y les de su paz. Que Dios provea para todas sus necesidades de acuerdo con Sus gloriosas riquezas. Aunque tu llanto dure toda la noche, ¡Su gozo llegará por la mañana!

Pr. Ricardo Lado